El binomio indivisible

No hay cosa en la que más fallemos los enfermeros y, a la vez más básica, que dividir el binomio más indivisible que puede haber en Cuidados Paliativos: el paciente y su familiar.

Sé que no me canso de hablaros de él, pero hoy he vuelto a tener una de esas conversaciones producto de un trato que no es el más adecuado (no porque les tratemos mal, eh...), ya que obviamos información, sentimientos y emociones debido a nuestra manía de focalizar nuestro cuidado únicamente en el paciente.

RECORDAD: LA INFORMACIÓN Y LA PREVENCIÓN SON PODER. QUITAN MIEDOS, ELIMINAN CULPAS Y ANIMAN A DESAHOGAR AL CUIDADOR.
INFORMAD, INFORMAD E INFORMAD.

—De estar sedada ha pasado a agitarse. Me he preocupado una barbaridad. Ahora parece que está más tranquila, pero estoy superada porque no sé por qué se ha agitado de repente si ya estaba dormida y tengo miedo de que pueda volverle a ocurrir.

No es de recibo que a una paciente que pierde una vía IV recibiendo tratamiento paliativo haya que buscarle nuevamente una vena. Por eso echamos mano de las fabulosas vías subcutáneas. Sin embargo, la vigilancia en las primeras horas son cruciales. Tanto o más que la información a sus familiares, quienes no estarán quitándole el ojo de encima y tienen muy claro que su enfermo no quería pasar dolor (y se hacen responsables de que así sea).

Por ello, explicar el tratamiento al familiar es crucial: informarles de qué es una vía SC, de que rotar de IV a SC puede provocar un pequeño descontrol de síntomas puntual por perder niveles y tranquilizarles de que volverá a controlarse en caso de que ocurra, aunque sea mientras con un rescate (y explicar qué es un rescate y por qué se administra).

—Creo que se está ahogando: es angustioso escucharle respirar así.

La principal preocupación del cuidador suele ser el disconfort de su familiar.
Los estertores y la presencia de secreciones en Cuidados Paliativos en la fase de últimos días es muy frecuente. Muchas veces se le ve llegar... Y ahí tenemos que meter mano. Educar al cuidador en identificarlos y cerciorarnos de que entiende que su aparición no quiere decir que el paciente esté sufriendo es nuestra misión como enfermeros.

Si sabemos esto, pasamos visita y se deja pautada la butilescopolamina, ¿por qué no informamos de que esto puede hacer aparecer fiebre y que no pasa nada? Cuantas más cosas preveamos más seguros y menos estresados se encontrarán cuando aparezcan los síntomas.

—Lleva siete días sin comer ni beber nada.

LA CULPA: el sentimiento más enrevesado y pesado del ser humano entra en juego cuando, pasado un tiempo de la toma de una decisión delicada, el desenlace esperado no llega cuando creíamos. Da lugar a situaciones en las que una persona sana pasaría sed y hambre.

Una vez más, cuando se inicia una sedación o se toman ciertas medidas que podrían desembocar en un período de tiempo "sin cambios", resulta crucial vigilar a la familia e ir informándola de que el cuerpo puede llegar a ser muy fuerte, involucrarla en la identificación de signos de disconfort y asegurarnos de que entiendan que preguntas negativas como "¿y si hubiéramos tomado otra decisión?" son normales en esas situaciones pero que no tienen razón de ser.

Os animo, a aquellos compañeros que tengáis alumnos, a inculcarles desde el primer día de rotación a involucrar a los familiares. A respetar el binomio indivisible. Lo que yo suelo hacer es animarles a conocer a los pacientes el primer día... y el segundo sólo a los famliares, indagar en sus miedos, preguntarles, "tirar del hilo"... No os podéis ni imaginar cuánto se eleva la calidad de nuestros cuidados y nuestra satisfacción personal cuando la familia está bien educada e informada.

Eso, amigos, es nuestro trabajo y supone Enfermería Visible.

Os mando un beso tan grande como un camión ;)
Hasta la próxima.

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