Para que los verdaderos Héroes se dejen cuidar

Los meses transcurren en la planta de Cuidados Paliativos de nuestro querido hospital, y no dejan de sorprenderme la multitud de historias que se cruzan por estos pasillos. Os aseguro que estas realidades del día a día superan continuamente cualquier ficción.

Y aquí entra en juego la figura del "Héroe" por excelencia: el cuidador. Normalmente suele ser una mujer de mediana edad. Casi siempre una hija. Aunque también hay hermanos, hijos y hasta nietos. Hipotecan su vida y hasta el tiempo del que no disponen para dar calidad de vida a las personas dependientes que más quieren. Deberíais verlos. Son auténticos héroes anónimos del día a día. Nadie les paga, olvidados por las promesas políticas y sin más aliciente que ver satisfechas las necesidades básicas de aquéllos a quienes aman.

Volviendo al tema del post anterior, cabe recalcar que la Enfermería no sólo se dedica a "cuidar" de la persona dependiente. En Cuidados Paliativos, por ejemplo, nuestra labor se amplía a valorar y planificar cuidados en favor de aquéllos que cuidan a las personas dependientes, para asegurar que éstos se encuentren bien física y psicológicamente, e identificar los problemas que merman la calidad del cuidado y la relación que tienen con el enfermo.

Pero... ¿Cuidamos todos a los que cuidan? Y mucho más importante: ¿se cuidan ellos?
Echándole un ojo al blog de "El Rincón del Cuidador" (http://www.elrincondelcuidador.es/), leí que la autoestima es la creencia que tenemos sobre nosotros mismos y se forma a raíz de las cualidades que nos atribuimos.
Según Nathaniel Branden, esta creencia de nosotros mismos se basa en la confianza y en el respeto en uno mismo. Entre las medidas para conseguirlo están, por ejemplo, "desarrollar un pensamiento positivo", "no generalizar" o "confiar en ti mismo".
Imaginad por un minuto lo difícil que debe ser mantener cada día estos pilares... "Desarrollar un pensamiento positivo"... Hablamos de una persona cuyo padre está en una situación de cuidados paliativos, a sabiendas de una esperanza de vida muy corta. "No generalizar"... Es decir, no reproducir la expectativa de que un error o una mala vivencia se vuelva a repetir en las mismas circunstancias. O "confiar en uno mismo", en tus capacidades, en que serás apto para darle a la persona que quieres todo lo que necesita... Incluso cuando esa persona sufre una demencia y lo único que te dirige son insultos, golpes o incluso no ser capaz de recordar quién eres.

Apartados de la importancia y el cuidado que esta sociedad debería merecerles, los cuidadores no sólo luchan día a día con su labor de cuidar, sino también con la de mantener su autoestima y su propia salud mental en alza.

En nuestra Escuela de Cuidadores les solemos recordar que no deben olvidar mantener los hobbies que solían tener antes del proceso de enfermedad del familiar, aunque sea salir una hora a correr algún día a la semana, cocinar o pasar tiempo con los críos fuera de la rutina familiar. Y aquí viene el dato curioso: la mayoría refiere haberlos dejado por completo aparte (lo cual es normal), pero que no lo retoman por temor a la culpa o por asociarlo a abandono del familiar que cuidan. Incluso aunque pudieran relevarse o poner a otra persona a realizar temporalmente esa labor, muchos cuidadores asocian darle tiempo a su ocio personal a egoísmo o desamparo.
Para evitar este sentimiento tan destructivo que nos lleva a una autoestima baja y a ponernos a nosotros mismos como cuidadores en el escalón más bajo de "elementos que cuidar", es importante continuar relacionándonos con otras personas, hablar abiertamente de cómo nos sentimos como cuidadores y de nuestros miedos.
Recuerdo cuando en un curso de coaching nos dijeron que cuando nos explican las azafatas que al caer las mascarillas de oxígeno del avión primero debemos colocárnoslas nosotros antes que al niño (por mucho que el afán de la madre y el padre sea ponérselas a ellos primero), ya que así nos aseguramos la capacidad para mantener la del crío, comparaba esta situación con la vida real: tenemos que tener nuestra autoestima y nuestras necesidades cubiertas para poder darnos al cien por cien en el cuidado de los demás, y no temer en buscar ayuda y hablar de estas carencias sin miedo.

En el blog de "Cuidadores Dependientes" (http://cuidadoresdependientes.blogspot.com.es/2011/09/16-la-autoestima-en-el-cuidador.html) me encantaron estos "mandamientos" para mantener arriba la autoestima del cuidador:
01. Dejar de tener pensamientos negativos sobre uno mismo y comenzar a pensar en aspectos positivos.
02. Nunca ponernos como objetivo la perfección.
03. Considerar los errores como oportunidades de aprendizaje.
04. Probar cosas nuevas y actividades con las que nos realicemos.
05. Identificar lo que podemos cambiar y lo que no.
06. Sentirnos orgullosos de nuestras opiniones e ideas.
07. No pensemos sólo en nuestros defectos.
08. Fomentemos nuevas amistades.
09. No sigamos ciegamente las opiniones de los demás.
10. Dejemos que los demás nos ayuden cuando sea necesario.
11. No nos hagamos reproches a nosotros mismos.
12. Aprendamos a decir no.
13. Dediquémonos tiempo a nosotros mismos.
14. Sonriamos a la vida, hay cosas que vale la pena vivir.
15. Intentemos ser optimistas, positivos y por encima de todo, CONFIAR EN NOSOTROS MISMOS.

Os animo a que entréis en una web para el Cuidador que me encanta y que cité al principio:
http://www.elrincondelcuidador.es/
Con un montón de consejos y guías para los que inician el cuidado o llevan tiempo haciéndolo.

Aprovecho para deciros que os admiro. Cada vez que cogéis con cariño la mano de la persona que cuidáis. Cada vez que sonreís sólo para que esa persona coja fuerzas. Cada vez que nos tratáis a los enfermeros y demás colegas con cariño a pesar de que tengáis problemas detrás. Me hacéis aprender muchísimo más que cualquier manual que haya tenido oportunidad de leer.
Gracias de corazón, porque también nos animáis a los que elegimos esta profesión del cuidar a seguir haciéndolo con una humanidad mucho más renovada.

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